ARBITRARIO.- “Me sorprendió el comienzo de clases, me parece muy arbitrario, porque si esto estaba planeado debieron haber avisado antes. Nos dividimos con mi mujer para hacer las compras, mi hijo comienza primer grado y no tiene nada”, dijo José Nuñez.
El delantal.- “La medida de que comiencen las clases me sorprendió. Voy a comprar el delantal aunque sea, para que vaya el primer día, porque ni eso tengo”, rezongó Norma Albornoz.
Presión alta.- “Soy abuela, mi hija se enfermó, ella sufre de presión alta. Se enteró que comenzaban las clases y se descompuso. Me mandó con la lista, vamos a comprar lo necesario; el uniforme, una mochila y algo de útiles”, relató María González.
Desesperada.- “Tengo dos hijos que van al secundario, Jonás y María de la Paz;, salí a comprar todas las cosas porque no tengo nada, estoy desesperada. Compraré lo que pueda y hasta donde la lluvia nos deje”, remarcó María Pegés.
Hora de fila.- “Llevo una hora de fila, para comprar el uniforme. No tengo ni un lápiz, me falta la mochila. No hubiese podido comprar las cosas antes, recién cobré el adelanto salarial del 20%”, comentó Ángela Céliz.
Se burlaron.- “Salí con mi hija y mi nieto a comprar todo. El Gobierno nos puso en apuros, se terminaron burlando de la gente. Tenemos que salir apurados, hay gente que no tiene el efectivo y tiene que tarjetear todo y si no tiene margen, hasta deberá sacar un préstamo”, se quejó Magdalena del Valle Suilizen.
Un pantalón.- “Sólo me falta un pantalón, tengo todo por suerte. Soy cuidadosa y guardé las cosas para este año”, contrastó Nancy Figueroa.
Salir corriendo.- “Me enteré del comienzo de clases y tuve que salir corriendo a comprar todo. Ya tengo el uniforme para una de mis hijas, ahora voy por la mochila para la otra nena”, contó Paola Robles.
Primer grado.- “Tengo una hija, Solana, que empieza primer grado. Como cambia todo tuve que salir a comprar desde cero. Empiezo por el uniforme, sigo con la mochila y después con el resto”, enumeró Patricia Sáez.
Fin de semana.- “Tengo cuatros hijos, el mayor empieza la secundaria este año. Tuve que salir a comprar todo porque estaba convencida de que las clases empezaban el lunes, por eso iba a aprovechar el fin de semana para comprar”, señaló Jéssica Copertino.
Comerte colas.- “No te queda otra que comerte todas las colas, los chicos tienen que ir a la escuela. Lo que no sé es cómo van a hacer, porque la escuela (Kapeluz, en El Manantial) está en remodelación. Nos dijeron que darán talleres en los patios”, planteó María Abdala.
Bajo presión.- “Salí bajo presión a comprar las cosas para la escuela. No entiendo mucho cuándo van a ir al final a clases, pero tienen que tener aunque sea un cuaderno, un lápiz, el uniforme y la mochila”, manifestó Matías Navarro.
Malestar.- “No compré ni el uniforme y ya hay colas eternas en todos los locales por los que voy pasando. Voy a armarme de paciencia. El Gobierno debería haber considerado el malestar de la gente con la noticia”, afirmó Beatriz Gonzáles.